miércoles, 23 de marzo de 2016




PRÁCTICA EDUCATIVA Y PRÁCTICA DE CUIDADOS ENFERMEROS DESDE UNA PERSPECTIVA REFLEXIVA




El trabajo de la enfermera profesional como formadora no se desarrolla en un vacío atemporal sino que ocurre en unas instituciones denominadas centros de salud. Tampoco la enseñanza práctica de enfermeras es una fantasía o entelequia sino que más bien se da en un tiempo, una circunstancia social y cultural determinada, y se dirige a unas personas concretas. Todo este proceso social tiene lugar entre la institución universitaria y la sanitaria y se articula en el Curriculum de formación inicial que es el contexto donde se materializan y adquieren sentido y significado las prácticas de formación. Es por ello que para comprender y fundamentar las diversas opciones en el campo de la formación práctica es necesario hacer referencia al contexto del que forman parte: El Curriculum universitario de Enfermería.
La formación de enfermeras es una práctica compleja y multifuncional que desempeña distintas funciones con relación al sistema social y sanitario. Dada la complejidad de la formación universitaria en general y de enfermeras en particular y de los procesos que en ella se generan carece de sentido tratar de dar cuenta de ellos desde una sola perspectiva o recurriendo a explicaciones causales unilaterales. Ciertamente ningún planteamiento de los dos que a continuación se ofrecen es lo suficientemente amplio y potente para explicar en toda su extensión y complejidad la realidad educativa. Sin embargo, ello no significa que debamos aceptar acríticamente cualquier propuesta. Existen intentos marcos conceptuales para fundamentar la formación práctica en enfermería más actuales que otros considerados como obsoletos.
Toda práctica social institucionalizada como es la enseñanza práctica de la enfermería parte de unas plataformas conceptuales, perspectivas ideológicas o estructuras de racionalidad sobre el cuidado y su enseñanza que la orientan y dan sentido. Esta diversidad conceptual puede articularse en dos perspectivas: la racionalidad técnica y la racionalidad práctica.
Es importante que reflexionemos sobre nuestra imagen de cómo es y que naturaleza tiene la práctica del cuidado porque de ella dependerá, en cierto modo, la conceptualización de la  función de la enfermera docente/tutora de prácticas y por extensión sus perfiles y requerimientos formativos.






2. ¿CUÁL ES Y CÓMO SE PRODUCE EL CONOCIMIENTO RELEVANTE PARA LA PRÁCTICA DEL CUIDADO?

Se trata de la pregunta acerca de cómo los profesionales elaboran y asimilan el conocimiento que les permite realizar un ejercicio virtuoso de su práctica cuidativa/educativa. O, dicho en otros términos, ¿qué saben, cómo es lo que saben y cómo lo aprenden aquellas enfermeras y/o docentes particularmente competentes en su labor profesional?. Por ejemplo, de todas las enfermeras que conocéis, aquellos/as de los que pensáis que realizan brillantemente su labor.

Para responder a estas cuestiones vamos a presentar una nueva epistemología de la práctica profesional de la práctica de la enfermería y de la enseñanza de la misma basada en los trabajos de Donald Schön, es decir, vamos a analizar los procesos mediante los cuales se puede producir un conocimiento relevante para una práctica competente (ya sea la del cuidado o la de la enseñanza del mismo). Hablar de epistemología de la práctica profesional es lo mismo que plantearse la siguiente pregunta: ¿qué relación existe entre el conocimiento académico y la práctica profesional
Para responder a esa incógnita vamos a presentar los dos enfoques principales y contrapuestos desde los que han tratado de ofrecer respuestas: la racionalidad técnica y la racionalidad práctica. Con otras palabras , vamos a analizar las distintas concepciones que cada una de ellas tiene acerca de la naturaleza de la práctica profesional (del cuidado y de la educación), lo que podríamos denominar su modelo profesional, y acerca de la formación de enfermeras (conocimiento académico), es decir, el modelo curricular.



 3. LA RACIONALIDAD TÉCNICA EN LA PRÁCTICA PROFESIONAL Y EN CURRÍCULUM DE FORMACIÓN INICIAL.

Esta perspectiva ha sido dominante en la investigación, la práctica educativa y la formación de enfermeras en los últimos 50 años. La concepción del cuidado como intervención técnica, la ubicación de la investigación enfermera en los métodos cuantitativos y la formación inicial dentro del modelo de entrenamiento basado en competencias son manifestaciones de su hegemonía.
Esta perspectiva, en la que todavía son educadas la mayoría de enfermeras, surge como intento de reivindicar para la Enfermería un estatus y rigor del que carecía la practica tradicional, considerándola como una ciencia aplicada. El fundamento epistemológico de esta concepción es lo que se ha denominado la racionalidad técnica  
En su desarrollo histórico podemos encontrar dos modelos que suponen elaboraciones progresivas en la manera de entender la relación entre el conocimiento académico y la práctica profesional: el modelo de entrenamiento y el de resolución de problemas. 


3.1. ENTRENAMIENTO

Desde una perspectiva claramente conductista, su concepción básica es que existen una serie de comportamientos y conductas que merecen (dada su eficacia demostrada en la investigación empírica) que la enfermera reproduzca en el centro asistencial.
Es una de las aproximaciones que más se han utilizado hasta que la enfermería alcanzó el rango de estudios universitarios. Se diseñan programas de formación cuya finalidad última es el entrenamiento de la enfermera en las técnicas procedimientos y habilidades que se demuestran más eficaces en la tarea asistencial. El objetivo es la formación de la enfermera en habilidades  y competencias técnicas directamente observables que se consideran los mínimos imprescindibles para una práctica competente. Y ello es así porque se concibe la actividad asistencial como una serie de destrezas conductuales que se deben practicar y dominar. Son esas competencias  el elemento esencial que conforma el perfil profesional de la enfermería.  Aquí la enfermería es entendida como un proceso de producción al que la enfermera debe colaborar con eficacia.
En la actualidad, este modelo ha recibido numerosas críticas y podemos señalar que está en franco retroceso. Una de sus contribuciones que todavía perduran es el entrenamiento en habilidades 
psicomotrices.


3.2. RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS

Es una forma más elaborada de proponer el uso del conocimiento científico en la práctica del cuidado. Se entiende que los nuevos descubrimientos y hallazgos en la investigación (nuevas técnicas, procedimientos y conocimientos) no deben trasladarse mecánicamente a la práctica en forma de conductas o habilidades sino que se convierten en principios que ayudan a la toma de decisiones.
Aquí la enfermera deberá conocer las diversas técnicas y procedimientos pero también cuando utilizar unas y otras. Más concretamente, debe conocer:

·        Cuáles son las situaciones problemáticas del cuidado.
·        Cómo se manifiestan e identifican.
·        Cuáles son los procedimientos para su resolución y cómo se aplican.






No hay comentarios:

Publicar un comentario